Una luz más alla del Atlántico
Alfonso Boza | @red_halcon | 27 Enero 2015
Hoy en día estamos hiper-comunicados. Ya no hay fronteras geográficas para la cultura, la información, o incluso las relaciones humanas. Y en este contexto, es difícil pensar en un mundo en el que un océano representaba un muro difícil de escalar y saltar el charco, más que una aventura. Esto es lo que podemos plantearnos cuando visitamos la exposición Impresionismo Americano, en el Museo Thyssen-Bornemitza hasta el próximo domingo 1 de febrero. Cuál es la fuerza, el motor que mueva a un grupo de artistas contemporáneos a cruzar el charco, a cambiar América por la vieja Europa.
La luz impresionista está presente a lo largo de toda la exposición, articulada entorno a 80 obras, donde la naturaleza ejerce el protagonismo o lo comparte con figuras humanas que disfrutan del aire libre y de la libertad. Al comienzo buena muestra de ello es la sala dedicada a la obra de Mary Cassat, nacida en Philadelfia, pero criada en París al amparo de maestros como Pissarro. Sus obras en tonos pastel entran en diálogo con Degas y la Amazona de Frente de Manet.
Al pasar a la siguiente sala sorprende un Sargent otoñal, más frío pero con la misma intensidad lumínica (comparar con la Joven Mendiga de Paris que inaugura la sala) Diferentes percepciones las de Cassat y las de John Singer Sargent, pero el mismo amor a la luz y al color. Finalmente el impresionismo se exporto a America y adaptó al gusto americano, y de esta adaptación se pueden ver ejemplos en la siguiente sala de la mano de pintores como Chase y Hassam.
La cuarta sala, en forma de pasillo, comienza dedicada a la obra de Whistler, que influyó y gusto mucho a Monet. Le sigue otro impresionista, Twatchman, celebre por sus paisajes impresionistas, pero que se dejó influenciar más por Whistler que por el francés.
La exposición finaliza con luz de mar, agua, flores y cielo,, en la representación del paisaje americano y es el broche homenaje al triunfo de la luz. Su dominio en en la proyección sobre una casa encalada al pasar el tamiz de un frondoso árbol (Dennis Miller Bunker, Casa de Campo junto al Camino – 1889), o bien irradiada en cada pliegue de un vestido (Frank Weston Benson, Bajo el Sol – 1909).
Impresionismo Americano, en el Museo Thyssen-Bornemitza hasta el próximo domingo 1 de febrero